Velar al fútbol ya es un clásico
El semanario inglés The Observer publicó una nota en 2004, en la que concluyó que entre los 50 acontecimientos que no había que perderse antes de morir, estaba ver un superclásico, un Boca-River. El orgullo, deformado en ego de muchos argentinos, recibió con ello un alimento empalagoso para el chauvinismo imperante en estas tierras, y una inyección perfecta para el nacionalismo barato que el deporte despierta en muchos (pero muchos)…