Hubo un día en el que los futbolistas, que juegan o jugaron, escribieron cuentos. Ese mismo día hubo periodistas y escritores, que escriben, y al mismo tiempo jugaron. Y para colmo hubo artistas e ilustradores que ilustran, pero que también jugaron.
En ese partido con 72 jugadores que se pusieron la misma camiseta y sin rivales a la vista, se produjo el extraordinario fenómeno de la solidaridad. Y todo bajo el embrujo de una pelota, pero no de una cualquiera sino la primera, la de la infancia muy infancia. Esa pelota armada con papel detrás de la que corríamos todos. Como ahora, decenas, cientos, miles detrás de una sola pelota.
Un fin solidario hizo que se armara el equipo. Un fin solidario hizo que se jugara ese partido. Y la obra gestada por Juanky Jurado, Sebastián Domínguez, Agustín Lucas y Ariel Scher, ganó por goleada.
(Editorial: Planeta)